El poder del atuendo blanco en el traspaso de mando

La sala Carlos Piantini del Teatro Nacional fungió como Asamblea Nacional para que los jefes de Estado, diputados, senadores e invitados participaran en la Toma de Posesión del gobierno de Luis Abinader. Esta ceremonia conlleva un protocolo en el que es importante establecer respeto, reglas y, por supuesto, código de vestimenta.

Asistir vestido de blanco fue una decisión que se formalizó en un decreto dispuesto en 1973 por Joaquín Balaguer, el entonces presidente. Esta medida fue tomada entendiendo que era la opción más fresca para la fecha.

Recordemos que existen dos tipos de protocolos para el 16 de agosto, Día de la Restauración: uno ocurre cada cuatro años, cuando se instala un nuevo gobierno, donde el presidente y vicepresidente del Estado toman posesión de sus cargos. Allí se encuentran representados los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El otro ocurre cada año, con la Rendición de Cuentas por el Poder Legislativo, en el Congreso Nacional, con los representantes de la Cámara de Senadores y Diputados.

El código de vestimenta para los caballeros es indumentaria de color blanco, y zapatos, corbatas y medias negras. En el caso de las damas, vestido o falda a las rodillas, con mangas, nada de escotes, bollos o encajes, y zapatos negros cerrados, discretos, cabello recogido y maquillaje suave con tonos neutrales.

Representar un look elegante y con estilo, pero, sobre todo, que cumpla con reglas de protocolo del evento, fueron algunos de los retos al que tuvieron que enfrentarse los diseñadores.

Algunos de los atuendos de las principales figuras políticas:

Raquel Arbaje de Abinader llevó un elegante vestido de la diseñadora Sarah Cury. Sus fotos oficiales fueron tomadas por Alejandro Nuñez Frometa y Jochy Fersobe. El equipo encargado del estilismo de la primera damam estuvo compuesto por Giovanna Vasquez Podestá, con la asistencia de Maria Alfau, en el maquillaje estuvo Cary Michelle Flaz y el peinado, Elvira Sepúlveda.

Ariana Abinader Arbaje

Para la Toma de Posesión de su padre, Luis Abinader, vistió un diseño de la dominicana Mayle Vásquez.

Las tres hermanas fueron estilizadas por Giovanna Vasquez Podestá, con la asistencia de Maria Alfau, maquillaje de Zoranlly Flores/ Chystian Flores y el peinado de Phany Lorenzo y Elvira Sepúlveda.

Raquel Peña, vicepresidenta de República Dominicana

Llevó un vestido de la diseñadora Oriett Domenech, estructurado con peplum, elaborado en crepé de algodón y acabado con la hebilla de cinturón insignia de la marca. Ambas estilizadas por Giovanna Vásquez Podestá.

Graciela Abinader Arbaje

Asistió vestida de la diseñadora Carolina Sanz.

La vicepresidenta, Raquel Peña, lució un elegante conjunto de dos piezas, compuesto por una perfectamente entallada chaqueta cruzada de mangas largas, cuello y cadera de corte asimétrico, del diseñador dominicano Luis Domínguez. Esta será complementada por una sobria falda tubular de longitud Chanel. Confeccionado en tejido de crepé cuatro cabos, en blanco hueso.

El estilismo fue obra del afamado diseñador de imagen Reading Pantaleón. “En esta ocasión, a diferencia del 2020, el diseño constará de dos piezas, las cuales representan la combinación de las principales actitudes que describen el carácter de nuestra vicepresidenta Raquel Peña. La primera es su actitud altruista, que está representada en la falda de corte más sencillo y, la segunda, es su actitud determinada, que está plasmada en la chaqueta de cortes más arriesgados, pero muy atinados gracias a su entalle perfecto”, explicó el estilista.

Además, explicó que el estilo del atuendo será una mezcla entre vanguardista y clásico, de cortes asimétricos. “Todo estará creado en exquisito tejido de crepé cuatro cabos, en tonalidad blanco hueso, el cual da una sensación visual de acabado firme y que minimiza el riesgo de arrugas, más bien emulando una textura visual creada en fondant de azúcar.”

Carolina Mejía, alcaldesa de la ciudad de Santo Domingo

Vestida del diseñador Jusef Sánchez, es un traje de dos piezas, donde fusiona líneas limpias y un enfoque vanguardista. La chaqueta destaca un estilo sofisticado, sin solapas, con cuello camisero y bolsillos en forma de espadas, aportando audacia y originalidad. Lo más interesante de esta pieza es cómo evoca el corset clásico, reinterpretado con una seriedad que desafía las expectativas de la moda formal.

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